Alergias,
asma,
dificultad para respirar,
picores de ojos,
dolores de cabeza,
vómitos... Estos son sólo algunos de los males que provocan el
benceno, la
formaldeida y el
tricloroetileno, tres toxinas que se encuentran con frecuencia en nuestras casas. La presencia de
plantas puede
mitigar en gran medida sus
efectos.
Pinturas, barnices, productos de limpieza doméstica, fibras sintéticas, plásticos, aceites y otros productos de uso habitual están cargados de sustancias perjudiciales para la salud. Pero estas sustancias pueden ser combatidas con la presencia de plantas como drácenas, espatifilos, crisantemos, hiedras, diefembaquias, cintas, filodendros, bambús, azaleas...
Hemos encontrado un excelente cuadro resumen en la web de la revista Good.
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