
Otro punto importante a tener en consideración es el peso que pueda soportar la repisa. Una jardinera estándar tiene capacidad para unos 15 litros, a lo que habría que añadir el peso del propio recipiente. Los de piedra y terracota son más bonitos, pero quizás sean demasiado pesados para el alféizar. Si se busca ligereza hay que ir a por materiales como el plástico o la fibra de vidrio. También pueden ser interesantes las jardineras de madera, siempre y cuando estén tratadas para soportar las condiciones climáticas (sol, lluvia…). En cualquier caso, deben estar bien sujetas con soportes o abrazaderas que eviten su caída en un día de fuertes vientos, con el consiguiente riesgo de daños en propiedades ajenas o en personas.

Deben elegirse macetas con buen drenaje, y con suficiente profundidad para que la tierra no se seque con facilidad; y no olvidarse de regar en los días calurosos.

Es preferible escoger plantas no muy altas, pues quitarían luz a la estancia. Una buena solución consiste en combinar alguna planta perenne con otras de carácter estacional, permitiendo cambiar el estilo de una estación a otra. Por ejemplo: ciclamen en invierno, pensamientos o bulbos en primavera, geranios y petunias en verano.

Pero, con independencia del tipo de planta, hay algo que conviene no olvidar: el pequeño jardín de nuestra ventana es un escaparate al exterior, una tarjeta de visita, y debe tenerse siempre arreglado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario