Jardineras en las ventanas

No es necesario disponer de un terreno para practicar la jardinería. Ni siquiera es imprescindible tener una terraza o un balcón. Una ventana al exterior puede ser suficiente para disfrutar de un pequeño jardín.

La repisa de la ventana (el alféizar) es un lugar idóneo para colocar unas jardineras con plantas; un espacio luminoso que puede ser aprovechado tanto en su parte interior como en la exterior. Pero teniendo siempre en cuenta que las macetas no impidan la apertura de la ventana.

Otro punto importante a tener en consideración es el peso que pueda soportar la repisa. Una jardinera estándar tiene capacidad para unos 15 litros, a lo que habría que añadir el peso del propio recipiente. Los de piedra y terracota son más bonitos, pero quizás sean demasiado pesados para el alféizar. Si se busca ligereza hay que ir a por materiales como el plástico o la fibra de vidrio. También pueden ser interesantes las jardineras de madera, siempre y cuando estén tratadas para soportar las condiciones climáticas (sol, lluvia…). En cualquier caso, deben estar bien sujetas con soportes o abrazaderas que eviten su caída en un día de fuertes vientos, con el consiguiente riesgo de daños en propiedades ajenas o en personas.

De acuerdo con la forma de la repisa, lo más habitual es optar por una jardinera rectangular, aunque también pueden colocarse varios tiestos. La forma, el tamaño y el color de los tiestos o jardineras se elegirán de acuerdo con el estilo de la fachada (o de la habitación en el caso de una repisa interior). Aunque siempre cabe la posibilidad de utilizar plantas colgantes para tapar una jardinera que desentone.

Deben elegirse macetas con buen drenaje, y con suficiente profundidad para que la tierra no se seque con facilidad; y no olvidarse de regar en los días calurosos.

A la hora de elegir las plantas se tendrá nuevamente en cuenta el color de la fachada, para armonizarlo con el color de las flores. Además, habrá que prestar atención preferente a la orientación de la ventana optando por plantas que se adecuen a las condiciones de luminosidad.

Es preferible escoger plantas no muy altas, pues quitarían luz a la estancia. Una buena solución consiste en combinar alguna planta perenne con otras de carácter estacional, permitiendo cambiar el estilo de una estación a otra. Por ejemplo: ciclamen en invierno, pensamientos o bulbos en primavera, geranios y petunias en verano.

Las ventanas son también un lugar idóneo para el cultivo de hierbas aromáticas e incluso de plantas comestibles como zanahorias, lechugas, tomates, pimientos...

Pero, con independencia del tipo de planta, hay algo que conviene no olvidar: el pequeño jardín de nuestra ventana es un escaparate al exterior, una tarjeta de visita, y debe tenerse siempre arreglado.

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