Ocio Jardín

El Espatifilo (Spathiphyllum wallisii) es una planta de interior que presenta hojas elegantes y exóticas flores blancas. Es resistente y de fácil mantenimiento, y según ha demostrado la NASA, limpia el aire de sustancias nocivas, por lo que además de decorativa resulta muy saludable.

Originaria de Colombia y Venezuela, fue introducida en Europa en 1870. Procede de la selva tropical y está acostumbrada al calor, por lo que conviene no someterla a temperaturas inferiores a 15º C ni superiores a 25º C. Es capaz de desarrollarse en ambientes sombríos aunque, para garantizar su floración, es preferible colocarla en lugares más luminosos. Eso sí, evitando la luz solar directa, que quemaría sus hojas y favorece la aparición de ácaros.

Le gustan los ambientes húmedos, riego moderado en primavera y verano (dos veces a la semana es suficiente) y más espaciado a partir del otoño, para que la planta descanse. En los días calurosos de verano o cuando la calefacción seca en exceso el ambiente agradece una sesión de riego con pulverizador.

Si recibe suficiente luz y se abona cada dos o tres semanas, el Espatifilo florecerá entre marzo y septiembre. Sus flores blancas se mantendrán durante más tiempo si se les corta la inflorescencia (agrupación de diminutas flores que conforman la columna amarilla). Una vez marchitas deben quitarse.

Es una planta muy longeva y que crece rápidamente, por lo que es conveniente trasplantarla cada primavera a un tiesto algo mayor. Además, para garantizar su longevidad, es conveniente dividir la planta cada 3 ó 4 años.